Seguimos anticipando el día del amigo con tres nuevos ejemplos de fuertes amistades entre investigadores .
Daniel Kahneman y Amos Tversky: Decisiones no tan racionales
Kahneman y Tversky son el perfecto ejemplo de dos personalidades diametralmente opuestas que consiguen un equilibrio ideal. A pesar de sus conflictos y quizás gracias a venir de disciplinas distintas, estos dos científicos israelíes consiguieron revolucionar el campo de la economía y más tarde de otras ciencias al plantear (y poner a prueba) que los humanos no somos tan racionales a la hora de tomar decisiones. Históricamente se consideraba que al momento de decidir, particularmente en lo que se refiere a dilemas económicos, los humanos somos enteramente racionales: sopesamos todas nuestras opciones de manera objetiva y elegimos aquella que nos brinda la mayor cantidad de ventajas en términos absolutos. Kahneman y Tversky plantearon que esta racionalidad era un ideal casi nunca alcanzado. Con simples experimentos con personas de innumerables culturas alrededor del mundo, pusieron a prueba su hipótesis: los humanos decidimos basados en un conjunto reducido de sesgos que se repiten en todos lados y nos vemos fuertemente influidos por la forma en la que se nos plantea el problema (por ejemplo tendemos a tomar decisiones más conservadoras si al ser informados del problema se nos resaltan las posibles pérdidas más que las ganancias). En este artículo (en inglés) podrás conocer algunas historias más de este intenso par de amigos.
Richard Lewontin y Richard Levins: Ciencia con convicciones
Ya hemos relatado las fuertes convicciones de Richard Lewontin. Su amigo Richard Levins no se quedaba atrás. Ambos compartían además de una gran amistad, intereses e ideología, lo cual los llevó a escribir varias obras y manifiestos juntos, el más destacado de los cuales es "El biólogo dialéctico". Los dos desarrollaron también un pseudónimo en común - Isadore Nabi - para escribir críticas satíricas sobre temas como el modelado de sistemas en ecología o la controvertida sociobiología. Lograron incluso que una biografía de este inexistente autor fuera incorporada en un importante listado de referencia de autores de temática científica como si fuera una persona real.
Nikko Tinbergen y Konrad Lorenz: Amistad aún a través de la guerra
También podemos recordar a Nikko Tinbergen y Konrad Lorenz, dos grandes de la etología, quienes se conocieron en la Universidad de Leiden y si bien publicaron un solo trabajo juntos funcionaron de inspiración mutua. Luego de haberse encontrado en veredas opuestas durante la Segunda Guerra Mundial, Tinbergen y Lorenz se reencontraron en el Reino Unido al finalizar el conflicto y continuaron con una larga historia de amistad personal y colaboración profesional. Ya hemos hablado del métodico trabajo observacional de Tinbergen. Lorenz, por otra parte, buscaba responder las mismas preguntas respecto a los mecanismos y estímulos que generan el comportamiento animal, pero desde el lado teórico y con una forma de análisis más flexible que la de su amigo. Al igual que Kahneman y Tversky las personalidades y metodologías de trabajo complementarias de Tinbergen y Lorenz fueron la base de una relación que duró toda la vida.