Un nuevo estudio reveló la presencia de microplasticos en la leche materna. Encontrarlos en los tejidos humanos vuelve a despertar la alarma en el mundo médico y científico.
Aunque no los veamos, los microplásticos siempre están, en el agua, en el aire y en tu cuerpo. En las últimas semanas se han encontrado nuevas evidencias de su presencia en los tejidos humanos, dado que pueden ingresar a través de los alimentos, el agua e incluso en la respiración y así, siguiendo el curso natural de las cosas, se los puede encontrar también en los desechos orgánicos.
Pero ¿qué son los microplásticos? Tal como lo dice la palabra, son porciones de plásticos de tamaños muy pequeños, algunos alrededor de los micrones (la millonésima parte del metro) aunque existen otros más pequeños, al nivel de las nanopartículas, es decir, 1000 veces más pequeños aún!
Se suelen clasificar en primarios y secundarios. Los primeros son los que se crean para ser utilizados en las industrias específicas; el otro grupo son los que se obtienen de la degradación de plásticos más grandes, aquellos de uso cotidiano, que muchas veces terminan en los océanos o basurales a cielo abierto porque no contaron con un tratamiento específico para su reciclado o reutilización. Algo que tienen en común, es que ambos tienen la capacidad de permanecer mucho tiempo en el ambiente.
El efecto de estas partículas tan pequeñas en nuestra salud es aún desconocido. Hace unos años un estudio detectó su presencia en la placenta, despertando la alarma en el mundo científico y médico. A principios de este año otro estudio volvía a detectarlos, pero esta vez en la sangre, con una aparición del 80% en las personas testeadas. Al parecer, lugar donde se los busca, lugar donde se los encuentra. Ya sea en la profundidad de nuestro pulmones o en las aguas subterráneas de Gran Bretaña.
Recientemente la alarma sonó con ímpetu cuando un estudio llevado a cabo en Italia por la Università Politecnica delle Marche, en Ancona, dio a conocer que por primera vez se detectó su presencia en la leche materna. Lxs investigadorxs analizaron muestras de leche de 34 mujeres lactantes y en ella se halló la presencia de microplásticos en un 75%, más específicamente del tipo de polipropilenos y polietilenos. Si bien la cantidad de mujeres testeadas no es muy grande, deja un fuerte precedente que invita a seguir investigando y así obtener muestras más representativas.
El trabajo además intentó encontrar relación entre la presencia de microplásticos en la leche materna y el uso que estas mujeres realizaban en lo cotidiano, manipulando envoltorios de plástico o utilizando diversos elementos de higiene que los contenían. Pero no hubo una correlación clara de los mismos. Pero lxs investigadorxs afirman que la presencia inevitable de plásticos como contaminantes ambientales resulta un factor determinante de su existencia en nuestro cuerpo.
El estudio no pudo determinar la presencia de plásticos a nivel del nanómetro debido a la complejidad de su detección. Las herramientas para poder hacerlo deben ser desarrolladas apropiadamente para brindar información completa.
Si bien, como se aclaró anteriormente, el efecto negativo de estos químicos en nuestro cuerpo aún no se ha confirmado, existen antecedentes de su efecto tóxico en animales, sobre todo los que viven en el océano debido a su alta exposición. La comunidad científica concuerda que no es algo que deberíamos tomarnos a la ligera, sobre todo cuando entran en contacto con bebés o infantes en plena etapa de crecimiento. De esta reflexión aconsejan en lo posible disminuir el uso de plásticos de todo tipo en la vida cotidiana, menos consumo lleva a menos desechos, es decir, menos degradación de los mismos.
Fuente: The guardian