Seguimos con lo que nos quedó en el tintero. Alesita y dos temas que le preocupan, pero de los que no pudo escribir este año...
Este año me hubiese gustado escribir para esparCiencia sobre dos temas que, creo, son muy importantes. Uno de ellos es el racismo científico, que algunes creen ya desbancado, y que sin embargo sigue siendo un problema al que no sólo les científiques sino toda la sociedad debería atender. La foto que ilustra esta nota, de hecho, fue tomada luego de que un hombre atacase a balazos un supermercado en un barrio negro de EEUU; en un manifiesto justificando el tiroteo, se justificaba con las supuestas pruebas de la inferioridad genética de las personas afrodescendientes. Su manifiesto citaba varios artículos científicos o papers.
Este tema provocó cierta reacción dentro de la comunidad científica, pero muchos siguen pensando que es una cuestión aislada, cuando podemos encontrar trabajos científicos que admiten o promueven interpretaciones racistas.
Por otro lado, mucho se habló (no sólo este año) del sesgo androcéndrico en la ciencia. Un aspecto al que no se hizo tanta referencia es, por ejemplo, cómo ocurre al clasificar y caracterizar a las especies. Por ejemplo: ¿sabías que la hembra de renegrido es marrón?
¿Sabías que las colecciones de los museos tienen más ejemplares machos que hembras? Aunque se discutió mucho el sesgo androcéntrico en la biomedicina, no hablamos tanto de lo que pasa en otras áreas, o cuáles podrían ser sus consecuencias.
Aunque este año no me alcanzó el tiempo para dedicarle el trabajo debido a dos temas tan complejos, son dos pendientes que me interesa retomar el año próximo.