En los últimos años estuvimos viendo cómo la inteligencia artificial (IA) es protagonista de varios avances científicos y tecnológicos. Al parecer, la IA puede desde realizar cualquier tipo de diagnóstico médico hasta manejar autos, pasando por tener una conversación con humanos, asistirnos en cualquier búsqueda que hagamos con nuestro celular, sugerir qué series y películas ver, y estar entre los mejores jugadores de ajedrez, go y Fortnite. Después de tanta series y juegos, tal vez es de esperar que tenga complicaciones para resolver problemas matemáticos de secundaria.
En los últimos años vimos cómo la inteligencia artificial (IA) es protagonista de varios avances científicos y tecnológicos. Desde su primera aparición a finales del siglo XX, ha logrado superar al humano en varias actividades: realizar diagnósticos médicos, manejar autos, asistir en búsquedas por internet, sugerir series y películas y estar entre los mejores jugadores de ajedrez, go y Fortnite. Inclusive es mejor que nosotros fallando en problemas matemáticos de secundaria, o tal vez haya sido porque prefiere jugar Fortnite y maratonear series (¿quién no?).
De cualquier forma, podemos predecir que tarde o temprano, la IA nos seguirá ofreciendo más conocimientos y posibilidades. Pero hay que ser conscientes de que esta oferta no es gratuita. El progreso de esta tecnología se basa en importantes inversiones de los países más desarrollados: la agencia DARPA del Ministerio de Defensa de EEUU ya ofreció más dos mil millones de dólares para innovar en esta área, preocupada por el creciente desarrollo que ha tenido China en el tema en el último tiempo. La actual batalla comercial que ambos países están teniendo también es tecnológica. La ecuación es simple: quien tenga la mejor IA, tendrá mejores herramientas para predecir a sus competidores, tanto en el campo militar como en el comercial. En esencia, tendrá el poder de vivir en un mundo más predecible. El sueño de todo argentino.
Por supuesto, desarrollar IA no se trata sólo de ganar batallas. Sino de crear una manera de tomar información del contexto, contraponerla con cierto conocimiento previo y reaccionar acorde a un objetivo dado. Todo esto de la mejor manera, en el menor tiempo y con la menor intervención humana posible. Dada la ambición del proyecto, los contextos fueron catalogados para generar diferentes métodos según cada caso. Hoy disfrutamos los frutos de esta clasificación.
Entonces, por un lado tenemos que la IA es probablemente la herramienta más poderosa que la humanidad haya desarrollado, y por el otro tenemos que está siendo financiada en pos de la defensa de los países más poderosos del mundo. Visto así, es natural preguntarse: ¿Cuáles serán los problemas que resuelva primero: la reelección de Trump o el hambre en el mundo? ¿Se la pondrá a trabajar para prever ataques terroristas de fundamentalistas islámicos o para terminar de forma pacífica los conflictos en Oriente Medio? ¿Me ayudará a elegir qué hacer para cenar hoy o me insinuará qué presidente debo elegir en las próximas elecciones? En resumen, ¿quién tomará las decisiones sobre cómo, cuándo y dónde usarla?
Generar IA plantea muchos debates éticos. Éstos ya está se discuten en la comunidad académica y tecnológica desde hace tiempo. De hecho, muchos de sus actores, entre ellos Stephen Hawking, Bill Gates y Elon Musk, decidieron formar el Instituto "Future of Life", una organización con el objetivo de mitigar potenciales riesgos de esta tecnología a nivel global. En este sentido, hace unos años escribieron una carta abierta en contra de su uso para fines bélicos. Por supuesto, otros piensan que esto es una exageración y una actitud irresponsable, entre ellos Mark Zuckerberg.
Si hasta este momento sentiste que la IA no tiene mucho para ofrecerte, estás en lo cierto: la oferta es a los empresarios, inversionistas y gobiernos que pueden pagarla. La utilizarán para competir entre ellos y para saber qué servicios ofrecernos, en base a la información que gratuitamente le cedemos sobre nuestros gustos, intereses y decisiones. ¿Qué podemos hacer al respecto? Individualmente, no mucho más que ser precavidos, aprovechar inteligentemente lo que nos ofrecen y entender que no somos propietarios de esta tecnología, sino meros usuarios. La IA llega a nosotros como un producto más en el mercado, que puede o bien solucionar nuestros problemas o bien ser como el único modelo de jean que nos ofrecen porque está de moda, a pesar de no ser lo que estamos buscando. De la misma manera, como sociedad podemos usar la IA que nos ofrezcan para resolver los problemas que nos atañen o, mejor aún, apuntar a ser una sociedad interesada en generar nuestra propia IA. Actualmente tenemos gente muy preparada y valorada mundialmente. Para hacerlo solo basta confiar en que podemos lograrlo.
Créditos Imagen: Artificial Intelligence - mikemacmarketing - Flickr