El repelente que estuvo de moda este verano vino para quedarse. No sólo el dengue es transmitido por los mosquitos, el virus de Zika también, y según un trabajo publicado en 2020, una infección por este virus puede aumentar los riesgos de enfermar con dengue grave.
Desde hace varios años, el número de casos de dengue viene aumentando considerablemente en nuestro país, así como también en la región. Este aumento está relacionado directamente con la alta prevalencia de las especies de mosquito que sirven como vector de este virus.
En general, los síntomas asociados a la infección por dengue son relativamente leves, como fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, pero en algunos casos la enfermedad se presenta como dengue grave que puede llevar a la muerte del paciente. El mayor problema que manifiesta la infección con este virus es que presenta distintos serotipos denominados DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4. Se denominan serotipos porque cada uno de ellos es reconocido por la unión de distintos anticuerpos. Debido a esto, la infección previa por un virus de un serotipo es un factor de riesgo para una infección futura con otro serotipo. Esto se debe a que la primera infección genera anticuerpos que pueden limitar la infección futura pero además induce la producción de anticuerpos que no son protectores, aunque se pueden unir a otros virus. Estos anticuerpos al unirse a otro virus de otro serotipo, no sólo no protegen de la infección sino que la potencian, facilitan la entrada del virus a las células, lo que se denomina potenciación dependiente de anticuerpos (ADE) y pueden aumentar la gravedad de la enfermedad del dengue. Muchos de estos anticuerpos se pueden unir a la envoltura de otros flavivirus además del dengue.
Lamentablemente, los mosquitos no solo transmiten dengue, otro virus que se va haciendo cada vez más popular es el virus de Zika. Este virus se propagó por el Pacífico y las Américas entre 2013 y 2017 y provocó resultados clínicos devastadores como la microcefalia congénita y el síndrome de Guillain-Barré en adultos.
Un artículo recientemente publicado en la revista Science1 expone los resultados obtenidos en un estudio sobre dengue realizado desde 2004 sobre una cohorte de 3800 niños de 2 a 16 años, en Managua, Nicaragua. Esta cohorte fue ampliada a medida que se introdujeron los virus chikungunya y Zika en 2014 y 2016, respectivamente. De 2019 a 2020, Nicaragua experimentó la mayor epidemia de dengue registrada en la historia con 375 participantes de la cohorte infectados con dengue de los cuales 293 fueron causados por serotipo DEN-2. El seguimiento a largo plazo de la cohorte permitió establecer la relación entre infecciones previas por dengue y las que sucedieron posteriormente.
El trabajo, liderado por Eva Harris de la Universidad de California, Estados Unidos, determinó que una infección previa por Zika modula el riesgo futuro de enfermedad por dengue en un grado similar al de una infección previa con un serotipo de dengue. Además, cursar una infección con dengue seguida de una por Zika también aumentó el riesgo futuro de enfermedad por dengue, a diferencia de las infecciones secuenciales por dengue, que redujeron el riesgo posterior, lo que sugiere una diferencia importante entre la infección secundaria por flavivirus con Zika frente a un serotipo de dengue.
Por otro lado, el estudio también muestra que la relación entre los anticuerpos anti-flavivirus preexistentes y la enfermedad depende del virus infeccioso secundario. La cantidad intermedia de anticuerpos contra dengue o contra Zika con reactividad cruzada, que se pueden unir a varios virus, aumentan el riesgo de gravedad de la enfermedad por DEN 2 y DEN 3, pero no el de DEN 1 o Zika. Cuando la cantidad de anticuerpos es alta protegen contra DEN 1, DEN 3 y Zika, pero no contra la infección por DEN 2. Por lo tanto, existe asimetría entre los serotipos de dengue y entre las infecciones por dengue y por zika.
Este trabajo presenta argumentos importantes sobre todo en lo que concierne a las vacunas contra dengue y zika. Los resultados obtenidos sugieren que las interacciones protectoras y perjudiciales entre los distintos serotipos de dengue y el virus de Zika podrían afectar la eficacia y seguridad de las vacunas. Si las vacunas contra el Zika inducen anticuerpos contra el virus del dengue de reacción cruzada, como los que se observan después de la infección natural por el virus de Zika, las vacunas contra el virus de Zika podrían aumentar el riesgo de enfermedad por dengue grave posterior. Por el contrario, los estudios sugieren que los anticuerpos contra dengue inducidos por la infección natural por dengue protegen modestamente contra el virus de Zika, pero el efecto sobre este virus transmitido verticalmente en humanos y el riesgo de síndrome congénito requiere de estudios adicionales.
Hay una única vacuna contra dengue autorizada, Dengvaxia, que provoca un mayor riesgo de enfermedad grave a largo plazo tras una nueva infección por dengue, de forma similar a una segunda reinfección natural. Esta vacuna sólo se aconseja para zonas donde la prevalencia de dengue es muy alta. Hay otras vacunas en desarrollo tanto para dengue como para Zika que deberían tener en cuenta estas posibles interacciones.
El estudio finalmente sugiere la importancia de elucidar cómo la inmunidad a los distintos serotipos de dengue, Zika y posiblemente otros flavivirus modula el riesgo de enfermedades futuras, ya que es de suma importancia para desarrollar vacunas de flavivirus seguras y efectivas que permitan prevenir epidemias futuras.
1 Katzelnik y col. “Zika virus infection enhances future risk of severe dengue disease” Science (2020):Vol. 369, Issue 6507, pp. 1123-1128. DOI: 10.1126/science.abb6143.
https://science.sciencemag.org/content/369/6507/1123?intcmp=trendmd-sci