En esta nota la Dra. Lucía Curto nos detalla la importancia de este ecosistema en el balance del clima y su relación con los incendios.
En el Delta del Paraná están ocurriendo incendios hace más de dos meses. En ese tiempo se estima la superficie afectada ha sido 90 mil hectáreas.
Los incendios en las islas son recurrentes, sin embargo no son naturales, sino ocasionados con un fin específico: para limpiar la superficie de las islas para posteriormente ser usadas con fines ganaderos y agrícolas. La principal actividad dentro de estas es: la cría de ganado, y eventualmente sembrar soja.
Hay ambientes en los que el fuego se da en forma natural, por ejemplo los bosques de coníferas boreales. Un ejemplo son los bosques de Araucarias (o pehuén) y Nothofagus (o ñire o haya antártica) en la Patagonia argentina y sur de Chile. Estas especies de plantas son pirófilas, es decir que tienen afinidad con el fuego. En sus bosques se suelen dar incendios superficiales cada 6 años, y más catastróficos cada 50-60 años, por motivos como rayos y erupciones volcánicas. Estas especies son algo resistentes al fuego. Luego de ellos, estas especies colonizan más rápido los espacios en donde se incendiaron otras no resistentes. De esta manera, estas plantas de crecimiento muy lento, pueden competir con las otras que tienen a su alrededor, que crecen más rápido.
Pero en los humedales no ocurre esto. Las especies vegetales que allí habitan están acostumbradas al anegamiento, es decir ambientes con superficies o suelos muy húmedos. Las condiciones de sequía no favorecen a este tipo de vegetación, y menos aún los incendios. Como se mencionó, los incendios son provocados. Además se suma que en este momento el río Paraná está sufriendo una bajante desde hace ya casi 1 año (septiembre 2019), por lo que ya la situación es bastante importante. Los pronósticos del tiempo no son muy alentadores para revertir esta situación (en cuestión de precipitación) al menos en los próximos 2-3 meses.
Los humedales son superficies muy eficientes captando carbono, por lo cual son de suma importancia para mitigar el calentamiento global y el cambio climático. La acumulación de carbono en ellos se da principalmente en la vegetación y los suelos. En las plantas se da a través de la fotosíntesis: toman el CO 2 de la atmósfera y lo convierten en carbono orgánico. En el suelo se dan condiciones anaeróbicas (poco oxígeno), debido a que están inundados. De esta manera la descomposición de material orgánico allí es muy lenta, por lo que pueden almacenar mucho carbono. Al prenderlos fuego, se libera todo ese carbono almacenado en las plantas y el suelo hacia la atmósfera, y se destruye esa superficie como captadora eficiente de carbono.
De esta manera, se puede dar que especies vegetales exóticas (no nativas) invadan estas superficies, o que el hombre la sustituya por una especie específica. La captación de carbono no va a ser tan eficiente debido justamente a no ser especies nativas. Además, las plantas actúan como sustento para retener sedimentos. Al retener sedimentos y nutrientes, muchos humedales actúan como filtros para efluentes y pueden eliminar sustancias tóxicas de los cuerpos de agua.
Pueden actuar como esponjas, absorbiendo el agua de lluvias y crecientes de los ríos, y permitiendo que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación, reduciendo lavelocidad y el volumen del agua que fluye aguas abajo. De esta manera reducen el impacto de las inundaciones, realentizando los procesos. En las costas sirven como defensa contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas.
Como son cuerpos de agua dulce, su modificación puede influenciar a especies animales que se asientan sobre las superficies firmes. Pero también a los peces que habitan en el agua, influenciando en la actividad de la pesca, tanto deportiva como comercial. Ejemplos de peces afectados pueden ser: dorado, sábalo, bagre, surubí, etc.
En cuanto a su recuperación, se puede estimar 30 años. Primero se recuperan los cursos de agua, y luego las plantas. En cuerpos de agua chicos puede tardar hasta 50 años la recuperación. La misma se da siempre y cuando no se los siga modificando. Es decir que si se los usa efectivamente para ganadería o agricultura, no se estaría dejando recuperar al humedal. Y encima no se recupera idénticamente a las condiciones iniciales; una reparación exitosa se puede dar con características que cumplan la misma función.
Por todo lo expuesto es necesario cesar el fuego inmediatamente. Ni siquiera he abordado los problemas de salud en las poblaciones humanas cercanas, debido a que no es mi área.