Fuente: esparCiencia
Hoy nos tocan Uruguay y Corea del Sur, que se enfrentaron el 24/11. Te presentamos al dinosaurio charrúa que no podía sostener el termo y hablamos del fenómeno de la militancia K-pop en redes. ¡Leelo!
El dino charrúa
Un fragmento de diente de dinosaurio encontrado en 2010 en Uruguay fue recientemente identificado como un abelisáurido. Este nombre que tal vez no dice nada sea más informativo si mencionamos a uno de los miembros de esa familia, el Carnotaurus.
Aunque se encontraron ejemplares en Argentina, nunca habían aparecido en el país oriental. La pregunta es… con esos brazos tan cortitos, ¿cómo haría para sostener el termo?
El K-pop, un movimiento social inesperado
A esta altura, el del K-pop, o el pop coreano, es un fenómeno que ya todos conocemos. Pero lejos de lo que la mayoría podría pensar, no se trata sólo de música hecha por grupos de chicos y chicas con caras perfectas y coreografías precisas. Les fans de estas bandas se han organizado alrededor del mundo con una eficiencia pasmosa y no es sólo para alabar a sus ídoles, también tienen otras cosas que decir.
El que se enteró de una forma desgraciada fue Donald Trump, cuando llegó a Tulsa, Oklahoma, donde daría una charla que según estaba previsto sería multitudinaria: casi un millón de personas habían reservado entradas para verlo, y sin embargo llegaron apenas unas 6000. ¿La razón? Dentro de las redes de fans de K-pop, especialmente en TikTok, se había organizado una reserva masiva de entradas para hacer creer al político que el evento sería un éxito sin precedentes. Al final, se vio humillado y obligado a hacer su charla con el estadio prácticamente vacío.
No fue la primera muestra de activismo dentro del mundo del K-pop, cuyos fans son en su mayoría de tendencias progresistas, anti-racistas y miembros o aliados del colectivo LGBT. Habían tenido ya protagonismo en su apoyo a Black Lives Matter luego del asesinato de George Floyd a manos de la policía en EEUU, cuando en medio de las protestas contra el racismo de las Fuerzas de Seguridad, la Policía de Dallas llamó a subir videos para identificar a manifestantes mediante una app. La comunidad de fans de K-pop se organizó para enviar toda clase de videos de sus bandas con los que hicieron colapsar la app de la policía. También se ocuparon de “ridiculizar” hashtags de supremacistas blancos contra Black Lives Matter. Con su experticia en el funcionamiento de las redes, en lugar de denunciar los posteos, lo que hicieron fue “apropiarse” de las tendencias de los supremacistas y llenarlas de contenido de sus bandas favoritas, desbaratando así el mensaje racista.
En un mundo en que las tecnologías avanzan cada vez más rápido y es difícil entender cómo contrarrestar la vigilancia y el odio creciente en redes, son les natives digitales quienes tal vez tengan “la posta”. Por otro lado, también hay escepticismo ya que tradicionalmente la industria del K-pop se había mantenido despegada de la política, tal vez porque, en medio de las tensiones internas entre los países asiáticos, sentar posición podría haber generado mucho conflicto. Hay quienes temen que el fanatismo desplace el hablar de las verdaderas problemáticas e injusticias sistemáticas para quedarse con una “militancia cool” y que el apoyo a estas causas sea usado por las bandas para llegar a más jóvenes. En cualquier caso, parece que la historia se trata de mucho más que música y coreografías.