Fuente: esparCiencia
El 23 se disputó Marruecos vs. Croacia y hoy te contamos sobre un hallazgo histórico en Marruecos que muestra los primeros momentos de la historia humana y un investigador croata cuyo trabajo huele muy bien.
Marruecos: herramientas del amanecer de nuestra especie
Resulta uno de los primeros destinos turísticos de África… pero hace alrededor de una año daba la nota por un hallazgo arqueológico histórico. En una cueva de la costa marroquí encontraron varias costillas de bóvido modeladas de modo que permitan su uso para trabajar el cuero que datan entre los 90.000 y 120.000 años de edad. El descubrimiento fue publicado en septiembre del año pasado en iScience. Una herramienta sumamente importante para la época, por un lado, el peso cultural que representa la vestimenta representa para las poblaciones y por el otro, la evidencia del avance tecnológico para su tratamiento.
Las herramientas fueron encontradas en una cueva con restos de animales y por la forma particular que poseen, se cree que su función principal era la de manipulación del cuero, tanto para la limpieza del mismo como también para el corte. Para el grupo de arqueólogos que trabajaron en el hallazgo resultó de gran valor dado que da información clave para comprender mejor las costumbres de las primeras poblaciones humanas, sobre todo porque poco se conserva de la vestimenta de esa época dado que en la mayoría de ella, se compone de material orgánico
Entre los miles de fragmentos de costillas de bóvido se encontró un diente de cetáceo, si bien su uso no se puede determinar podría ser el registro más antíguo de un diente de mamífero marino encontrado hasta entonces.
Descifrando moléculas atractivas
¿Puede el mismo investigador haber trabajado con insecticidas, perfumes y hormonas sexuales? Por lo menos en el caso de Leopold Ružička la respuesta es que sí. Este investigador nacido en Croacia y nacionalizado suizo fue el primero en sintetizar artificialmente las hormonas sexuales masculinas androsterona y testosterona y con ello lideró durante muchos años la investigación en la bioquímica de estas dos moléculas.
Antes de eso se había dedicado a estudiar el polvo derivado de la planta Tanacetum cinerariifolium que se usaba como insecticida. Esta planta lo llevó luego al estudio de los aceites esenciales y sus propiedades aromáticas. De esta forma entró en contacto con la industria de la perfumería. Estudiando sustancias utilizadas en esta industria y derivadas de compuestos producidos por la civeta y el ciervo almizclero, Leopold fue la primera persona en descifrar estructuras químicas hasta entonces no encontradas. Si bien desde hacía mucho tiempo se sabía que los compuestos orgánicos pueden estar formados por anillos de átomos (el más simple de ellos, el benceno, está formado por un anillo de seis carbonos) hasta ese momento no se habían encontrado o sintetizado compuestos con más de ocho átomos en anillo. Esto fue lo que encontró y analizó Leopold en las secreciones de estos dos animales. Trabajando en el marco de la perfumería también analizó la composición química del famoso ambargris
En 1939 recibió el Premio Nobel por su trabajo en hormonas sexuales. En los últimos años de su carrera continuó con el estudio de estos compuestos, no ya desde el punto de vista fisiológico sino desde un ángulo evolutivo intentando descifrar cómo surgieron y cómo se relaciona su origen las reacciones químicas que el organismo lleva adelante para producirlas.