Argentina: ¿Salen unos mates?
Si hablamos de Argentina y ciencia, tal vez convenga conectar estos temas con aquello que cierra todas las grietas: el mate.
Son épocas inestables para nuestra infusión predilecta. Después de la publicación en 2020 de la advertencia sobre un posible aumento del riesgo de cáncer de esófago por la temperatura del agua, el diario The Sun comparó el efecto de consumir esta bebida con el de “fumar 100 cigarrillos” (y encima escribieron “yerba maté tea”, qué lo tiró).
Ahora científicos argentinos dicen que la bebida podría proteger de otros tipos de cáncer: de colon, de próstata y de mama.
Se trata de distintas investigaciones, algunas in vitro y otras en modelos animales, por lo que los resultados deben ser interpretados con precaución. Los investigadores de la Universidad de Cuyo ponen sus fichas al desarrollo de un extracto terapéutico, pero lejos de lo que algunos medios de comunicación titularon, estas investigaciones no demostraron todavía que el consumo de yerba en humanos disminuya el riesgo de cáncer.
Si de algo sirve toda esta confusión, es para mostrarnos que la tarea científica es compleja y que muchas veces cuando parece que estamos hablando de lo mismo, nos referimos en realidad a procesos diferentes, o los estamos abordando con distintas herramientas. Un tema para discutir tomándose unos amargos.
Arabia Saudita: Escalando posiciones
En los últimos años, alimentada por los ingresos que provee la industria petrolera, Arabia Saudita busca impulsar la ciencia en su país. Con el apoyo de la Corona se han fundado y equipado numerosos institutos de investigación que colaboran con instituciones de otras regiones.
Año a año, los indicadores de la actividad de investigación científica en el país crecen, sobre todo en disciplinas como la química y la física y expertos de todo el mundo son invitados como docentes o investigadores a centros ubicados en territorio saudita. El testimonio de uno de estos investigadores llamativamente destaca la libertad de trabajo de la institución que lo alberga y el hecho de que a pesar de las conocidas restricciones que el régimen saudita impone a las mujeres, estas parecen no aplicar en ese contexto. O, al menos, estas son las versiones que nos llegan.
La Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah encabeza esta iniciativa y es la única institución de origen árabe que figura en el top 500 de instituciones científicas de la revista Nature.
