¡Zarpa la ciencia!

Por Ana Carolina Zelzman

Publicado el 15 Dic. 2020 12:00

Tiempo de lectura: 2 minutos.

Hoy homenajeamos a dos buques argentinos que cumplen valiosas tareas oceanográficas y en la campaña antártica: el ARA Almirante Irízar y el ARA Puerto Deseado. En la tarea rutinaria de ambos buques la ciencia es protagonista. Año a año decenas de investigadores trabajan en los laboratorios de a bordo o se trasladan a las bases antárticas. Durante esta semana te contaremos los testimonios de 5 de ellos.


Sorteando nuestros complicados mares australes podemos encontrar pocos buques comerciales o pesqueros… Lo que si encontraremos es una flota de embarcaciones de investigación que realizan desde esenciales relevamientos de la plataforma continental hasta cuidadosos estudios de ecología de los animales y algas microscópicos que pueblan estas aguas.

El 8 de diciembre pasado fue el aniversario de la botadura de uno de ellos: el ARA Puerto Deseado, el buque oceanográfico del CONICET, que realiza tareas de relevamiento oceanográfico e investigación y participa de la campaña antártica.

Junto a ese buque hoy celebramos también al que probablemente sea nuestro barco más famoso y el abanderado de todos esos navíos que cumplen tan valiosa labor: el ARA Almirante Irízar.

El famoso rompehielos recibió el pabellón nacional en 1978 y desde entonces participó de las campañas al continente blanco.

Durante la guerra de Malvinas fue convertido temporalmente en buque hospital para luego continuar con su misión antártica reforzando la presencia argentina en el continente y trasladando a innumerables investigadores a realizar su labor de campo allí.

Siendo el rompehielos más grande del hemisferio sur, su capacidad de enfrentar los peligrosos mares polares lo colocó al menos en dos ocasiones en el lugar central de operaciones de rescate.

Pero en su labor rutinaria, al igual que para el Puerto Deseado, la gran protagonista es la ciencia, la que se realiza en sus más de 400 metros cuadrados de laboratorios a bordo y la que ocurre durante todo el año en la Antártida. Y como a la ciencia la hacen personas, en lugar de quedarnos con los fríos datos de las características técnicas de ambos navíos te traeremos el testimonio de científicos y científicas que han estado a bordo de uno de ellos (o de ambos) y cuentan las sensaciones de tan particular experiencia. Hoy te dejamos una pequeña muestra. Enteráte de qué dificultad técnica interrumpió el trabajo de Javier, qué desafíos encontró Paola a bordo, que particular evento alteró el trayecto de Paula, cuál era la crucial tarea de Federico y cómo continuó la historia de Ana, leyendo sus testimonios completos, que publicaremos a lo largo de esta semana.  

Imágenes gentileza Javier Peroni y Federico Claus 

Agradecemos a les 5 colaboradores: Ana Vrba, Federico Claus, Javier Peroni, Paula Gonzalez y Paola Villatarco



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