Reflexiones esparcientíficas

Por Alejandra Castro , Ana Carolina Zelzman , Daniel Grimaldi , Julieta Mirabelli y M. Alejandra Petino Zappala

Publicado el 3 Mayo 2021 15:26

Tiempo de lectura: 4 minutos.

Cada cumpleaños nos invita a refelxionar sobre lo sucedido y por eso en estos tiempos tan caóticos, cada unx de nosotrxs eligió contar algunas cosas positivas que pasaron en el año.


Alejandra Castro

Un virus que llegó a tener a más de la mitad de la población mundial confinada irrumpió en nuestras vidas en 2020. Este ha sido un año en el que, pese a las sombras causadas por la pandemia y las consecuencias que ella produjo en la vida de todos nosotros, hemos tenidos buenas noticias en la lucha contra este virus y otras enfermedades. Podemos mencionar: el desarrollo histórico de vacunas contra el SARS-CoV-2 en tiempo récord y la erradicación de enfermedades como la polio. La OMS declaró al continente africano libre de polio el 25 de agosto de 2020, después de cuatro años sin detectar nuevos casos en Nigeria. Este acontecimiento es considerado uno de los mayores logros de la salud pública de nuestra era. El compromiso del continente africano para su erradicación comenzó en 1996. Desde entonces, gracias a la ayuda recibida y a la inversión de los países, se pudieron distribuir las vacunas necesarias para llevar a cabo este logro tan importante.

Daniel Grimaldi

Gracias a la tecnología en comunicaciones que tenemos, muchas comunidades científicas siguieron avanzando en sus investigaciones en plena pandemia, particularmente aquellas en donde no necesariamente se requiere una interacción humana directa. Ejemplos destacados se llevan la computación cuántica y la inteligencia artificial, que antes de la pandemia eran las protagonistas de la carrera tecnológica de las potencias mundiales y de lo que hablaba el mundo. Por supuesto, la carrera sigue, aunque ya no sea noticia.

Por otro lado, la necesidad de encontrar nuevas maneras de encontrarnos entre científiques, aunque sea de forma virtual, impulsó la idea de realizar eventos virtuales. Así fue como los antiguos encuentros presenciales, en donde sólo algunes privilegiades tenían acceso, ahora son virtuales y de alcance mundial a través de nuestra pantalla, reduciendo tiempos y costos de todo tipo. Durante este tiempo de pandemia se ha desarrollado una infraestructura para que esta dinámica se mantenga en el tiempo más allá de esta crisis, y que las posiciones geográficas dejen de ser un privilegio.

En sintonía con todo esto, podemos destacar la creación de la carrera en Ciencia de Datos de la UBA, que pone de manifiesto que el interés que tiene la ciencia argentina en desarrollar conocimiento y tecnología de punta se mantiene vigente. Y la sociedad ha respondido acorde, con un número de inscriptos comparable al de las carreras clásicas científicas.

Julieta Mirabelli

Imaginemos un mundo sin pandemia, es fácil hacerlo si lo intentás. Sin confinamientos ni decretos de urgencia, simplemente un mundo como el de hace dos años atrás…

Pero no, no podemos olvidar, no solo porque estamos transitando la pandemia, sino porque estamos obligadxs a aprender de sus consecuencias. Conocer la responsabilidad individual y grupal, como países, esa responsabilidad que nos trajo hasta acá. Lejos de buscar responsables, imaginemos cómo haremos para sanar cuando la pandemia sea solo cosa del pasado. ¿Será posible luego de tanta pérdida? Bueno si alguien sabe de pérdida, de sufrimiento, de ansiedad, es la Naturaleza. Y ella ha demostrado que cuando hacemos una pausa, se puede recuperar aquello que consideramos perdido, la resiliencia es su mayor aprendizaje. Si no fuese así no habría tantos ejemplos de animales adentrándose a las ciudad durante el confinamiento, o aguas más claras en lugares donde se detuvo el tránsito marítimo. Me gusta pensarlo como un guiño, una caricia, un aviso de su parte (la más sabia de todas) para aquellxs que sabemos observar que un futuro mejor del de hace dos años atrás es posible. Casi palpable.

Alejandra Petino Zappala

Para salirnos un poco del tema pandemia, algunos de los aspectos positivos a resaltar de este año en el país fueron la conquista de derechos, como la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y de la Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud Durante el Embarazo y la Primera Infancia, ambas en Diciembre de 2020, y el Decreto 721/20 que establece el cupo laboral en el sector público nacional de personas travestis, transexuales y transgénero. 

También se promulgó la Ley del Manejo del Fuego, cuyo objetivo es disuadir la quema intencional con fines de especulación inmobiliaria o para la actividad agropecuaria, después de un año en que los incendios forestales arrasaron en varias provincias. Queda en el tintero aún la Ley de Humedales, que había sido parte del discurso de asunción del actual Presidente de la Nación Alberto Fernández.

Ana Carolina Zelzman

Nadie puede discutir que la pandemia ha dejado un balance negativo para la humanidad pero como en casi cualquier circunstancia se pueden rescatar consecuencias positivas. El hecho de que dos vacunas de RNA (por ahora dos!) se hayan desarrollado y aplicado significa que, además de dejar su aporte en la lucha contra este virus, van a acelerar el desarrollo de otras vacunas contra un sinnúmero de otras enfermedades infecciosas e incluso algunos cánceres.

Otra consecuencia positiva, más allá de que las circunstancias fueron excepcionales y de que en algunos casos se les maltrató bastante, fue la presencia de investigadores en las primeras planas de los diarios y en los programas de televisión prime time, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Todavía queda mucho por recorrer pero espero que este sea un primer paso para una presencia más permanente.   

Pero si pienso por un momento en acontecimientos de este último año que sacaron mi cabeza del COVID, mi corazoncito de aficionada a la astronáutica se inclina por los numerosos hitos espaciales que se dieron: desde el despegue del SAOCOM, hasta las sondas marcianas que se encuentran trabajando en el planeta rojo en este momento y pasando por las misiones que recogieron fragmentos de asteroides. Poco a poco, como decía el gran Carl Sagan, vamos mojando los dedos de nuestros pies en la orilla del océano cósmico.

 



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