Hoy recordamos a Niko Tinbergen, uno de los grandes de la etología, quien nos enseñó por sobre todo el valor de la observación como recurso en el estudio del comportamiento animal.
Tal vez conocés al célebre etólogo Konrad Lorenz y quizás también escuchaste hablar de Karl von Frisch, sobre todo por su trabajo en comportamiento de abejas. Pero hubo un tercer investigador que recibió junto a ellos el Premio Nobel de Fisiología en 1973 y del que no se habla demasiado... a pesar de que su trabajo abarcó desde los estímulos de conducta en aves hasta la psicología del autismo.
Tinbergen nació el 15 de abril de 1907 en La Haya (Países Bajos) y falleció el 21 de diciembre de 1988 en Oxford (Reino Unido). Su vida abarcó la mayor parte del turbulento siglo XX, incluyendo dos guerras mundiales que no impidieron que sostuviera una larga amistad con su maestro Konrad Lorenz, a pesar de haber estado en veredas opuestas en la contienda.
Su carrera se desarrolló entre Alemania, Holanda, Estados Unidos y el Reino Unido y le tocó cruzarse con otros grandes de la biología como David Lack, William Homan Thorpe y Ernst Mayr.
Se lo considera uno de los fundadores de la etología moderna, ya que dio gran soporte empírico a las teorías sobre el comportamiento animal y humano, en particular realizando estudios comparativos entre humanos y distintas especies.
También resaltó el valor de los estudios observacionales, en los que el investigador no interviene de ninguna forma sobre su sujeto de estudio, útiles para analizar cómo se relaciona el animal con su medio ambiente, sin tenerlo en cautiverio.
Tinbergen intentó establecer qué comportamientos son principalmente innatos y cuáles aprendidos, analizando en el caso de los innatos cuales son los estímulos necesarios para dispararlos. Fue un paso conceptual importante afirmar que los instintos no generan comportamientos de manera "automática" sino que requieren de influencias externas para actuar. Desarrolló ingeniosos experimentos para "deconstruir" esos estímulos complejos analizando una a una todas sus partes para entender cuál es la más importante a la hora de disparar el comportamiento. Por ejemplo, podemos preguntarnos qué rasgos de un macho elige una hembra, y en algunos casos la preferencia se reduce a aspectos tan simples como "el macho que tiene la raya roja horizontal más ancha". Para encontrar ese tipo de rasgos Tinbergen estudiaba a los animales en su hábitat acercándoles muñecos o maniquíes donde resaltaba una sola característica y esperaba a ver si el animal respondía (en este caso con un cortejo).
Su principal aporte sin embargo, no fue sobre un animal o comportamiento en particular sino su valoración de la necesidad del científico de realizar preguntas de investigación claras y diseñar los protocolos de trabajo que mejor las respondieran. Elaboró una clasificación de las preguntas o hipótesis de la biología del comportamiento que al día de hoy se sigue enseñando en los cursos de grado y posgrado por su gran valor pedagógico y claridad conceptual. De hecho, entre los alumnos y profesionales del área se las conoce como "las 4 preguntas de Tinbergen". En términos simples Tinbergen afirmó que al estudiar un comportamiento nos podemos hacer cuatro tipos de preguntas:
1) ¿Cuál es la causa directa de este comportamiento? (que estímulos lo disparan, qué hormonas lo regulan, qué áreas del cerebro se activan)
2) ¿Cómo es el desarrollo de ese comportamiento a lo largo de la vida? (qué cambios tienen que ocurrir en la vida del individuo para que el animal muestre ese comportamiento, que tiene que aprender)
3) ¿Cuál es el valor del comportamiento para la supervivencia del animal?
4) ¿Cuál es la historia evolutiva del comportamiento? (que ocurrió en la evolución de la especie para que surgiera, qué cambios ambientales se dieron, con que otras especies se fue cruzando)
Por supuesto las respuestas a todas ellas estarán correlacionadas pero cada tipo tendrá asociada una forma de experimentación, una evaluación estadística, etc.
Tinbergen reforzó la noción de que todos los animales tenemos comportamientos extremadamente complejos, que requieren de muchos mecanismos actuando al mismo tiempo en distintos niveles, pero a la vez resaltó la idea de que con preguntas bien planteadas, experimentos cuidadosamente diseñados y sobre todo valorando la simple observación, podremos entender esa complejidad.
Imagen encabezado: Niko Tinbergen con su maestro, Konrad Lorenz (Max-Planck-Gesellschaft zur Förderung der Wissenschaften e.V., Hofgartenstr. 8, 80539 München - wikimedia commons)
Fuentes
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-92672007000300021
https://www.newworldencyclopedia.org/entry/Nikolaas_Tinbergen