Marie y Antoine Lavoisier, hacia la búsqueda del rigor científico

Por Julieta Mirabelli

Publicado el 20 Enero 2021 20:30

Tiempo de lectura: 5 minutos.

Antoine y Marie Lavoisier con seguridad son una de las parejas más famosas que dejaron marca en la ciencia mundial, claro que después de Pierre y Marie Curie. Formaron un equipo de trabajo que dejó huella, la pareja caminó entre los años duros de la revolución francesa construyendo los cimientos de la química moderna.


Antoine y Marie Lavoisier con seguridad son una de las parejas más famosas que dejaron marca en la ciencia mundial, claro que después de Pierre y Marie Curie.

Marie-Anne Pierrette Paulze nació el 20 de enero de 1758 en Monbrison, Francia, pero sería conocida como Marie Lavoisier luego de casarse con el famoso químico Antoine Lavoisier. A pesar que ella tenía 14 y él 28 años, ella acordó de buena gana desposarse dado que la otra opción era un pretendiente que le triplicaba la edad.

Fresco de la pareja Lavoisier de Jacques Louis David pintado en 1788.

Por un lado Marie pasaba parte de su infancia en un convento luego de perder a su madre y que su padre decidiera que se educara allí; por el otro, en un pueblo francés y varios años antes, el joven Antoine mostraba interés y cualidades para las ciencias. Por pedido del padre, que creía que el tiempo dedicado a la ciencia era solo para entretenerse pero no brindaría futuro, y mucho menos fortuna, Antoine debió estudiar abogacía para complacerlo. Sus deseos de trabajar en ciencia fueron más fuertes y con la dote de su casamiento abrió un laboratorio en Francia y dedicó su tiempo al estudio de las ciencias, específicamente de la química.

A lo largo de su vida Antoine tuvo múltiples y variados trabajos en la administración pública y realizó diversos estudios. Confeccionó un atlas mineralógico de Francia junto con el geólogo J. E Guettard, presentó un ensayo sobre cuál debería ser el mejor alumbrado público en una gran población, por el cual recibió un premio de la Academia de Ciencias de Francia. Recaudó impuestos para la Ferme Générale (un organismo privado de recaudación) durante muchos años. También se dedicó al control del tráfico de tabaco donde diseñó un método para detectar el tabaco puro del adulterado y luego fue designado como administrador de la pólvora en el arsenal de París. 

La Academia se había fundado un siglo antes, financiada por la corona y por contribuyentes privados. Tenía como objetivo fomentar la ciencia pura y aplicada dando prestigio a los nuevos descubrimientos. Unos pocos años antes de desposar a Marie, Antoine fue aceptado como miembro luego de muchos intentos por lograr ingresar. Su fama aumentó a lo largo de los años: en 1785 fue designado director, 6 años después fue tesorero.

Marie estudió pintura con Jacques-Louis David, pero no se conserva mucho de su obra, aunque le realizó un retrato a Benjamin Franklin una de sus visitas al país. Además  profundizó sus estudios en química con el mismo maestro que su marido: Jean-Baptiste Buquet. Se volvió meticulosa en el registro del trabajo de su Antoine, sus conocimientos de pintura la llevaron a detallar los elementos de laboratorio y los experimentos que allí se realizaban de una manera casi perfecta. Estos dibujos fueron la clave en la comprensión del trabajo de Lavoisier. Además ella se encargaba de las traducciones en latín, inglés y francés de  trabajos científicos para que su marido leyera, aunque siempre agregando notas al pie que marcaban fuertemente su opinión al respecto.

Ilustraciones de Marie de los gasómetros, barómetros, campanas de cristal, embudos y matrac.es utilizados en los experimentos de respiración.

El matrimonio Lavoisier duró 23 años y su laboratorio fue el más prestigioso de la época en París. La pareja caminó entre los años duros de la revolución francesa construyendo los cimientos de la química moderna, dejando de lado la influencia religiosa y los supersticiosos saberes de la alquimia, la cual estaba regada de datos pseudocientíficos y gran parte se dedicaba al estudio de la transmutación de los metales en oro, la búsqueda de la piedra filosofal que, decían, podría detener nada más y nada menos que la muerte.

Antonie escribió sobre esto claramente “(...) El arte de sacar conclusiones de experimentos  y observaciones consiste en evaluar probabilidades y calcular si son lo bastante altas numerosas como para constituir pruebas (…) esto exige gran sagacidad y por lo general no está al alcance del común de los mortales (…) Pues bien, los errores en este tipo de cálculo son la base del éxito de charlatanes, brujos y alquimistas y, análogamente en épocas pasadas, del de magos, encantadores y, en general, de cuantos se han engañado a sí mismo o tratan de abusar de la credulidad del vulgo” 

En -Lavoisier en el año uno de la Revolución- de Madison Smartt Bell

Esta cita de Antoine, aunque con un dejo de arrogancia, deja claro su punto de vista y de cómo debía concebirse la ciencia y específicamente la química de ahora en más, tal es así que su pensamiento le hizo ganar varios enemigos cuyos trabajos fueron rechazados por la Academia durante su participación.

Entre los experimentos más importantes de Lavoisier estuvieron los relativos a la combustión, que demostraron que es un proceso en el que se produce la combinación de una sustancia con oxígeno, refutando así la teoría del flogisto, un supuesto elemento similar al fuego que se utilizaba para describir los cambios que presentaba la materia al quemarse. Además realizó estudios de la variación de oxígeno en la respiración de animales y plantas. En 1787 presentó junto a sus colaboradores “El nuevo método de nomenclatura química” ante La Academia. Años después fue aceptada. Allí se explicaba la diferencia de elemento y compuesto químico, distinguiendo entre otras por ejemplo al agua como una “sustancia combinada” y formada dos elementos que no podían dividirse a los cuales llamó oxígeno e hidrógeno. Además diseñaron un nuevo método de nomenclatura química que iluminaría el modo de escribir la química de ahí en más. 

Durante el reinado del Terror Antoine fue acusado de traición por su trabajo como recaudador de impuestos, siendo así apresado en 1793. Marie  lo visitaba regularmente e intentaba buscar su libertad utilizando sus trabajos científicos como aporte al interés científico y al progreso francés, pero fue inútil. Fue ejecutado el 8 de mayo de 1794 en París luego de un injusto juicio que duró pocas horas. Muchos de sus trabajos y materiales de laboratorio fueron confiscados. Pero Marie con presteza fue recopilando la información y documentación necesaria para publicarla en un libro al cual llamó “Memorias de Química de Lavoisier”, sentando en él las bases de la química moderna.

Marie murió en 1836 a los 78 años de edad, más de 40 años luego de  que la guillotina terminase con la vida de Antoine Lavoisier. Ella volvió a casarse con otro científico, pero no se repitió la química que tenían con Antoine, con quien como equipo de trabajo dejó huella  en la ciencia. Gracias al respeto y la confianza mutua serán recordados como los padres de la química moderna.



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