César Milstein y la aventura de la ciencia

Por Alejandra Castro

Publicado el 24 Marzo 2020 23:34

Tiempo de lectura: 3 minutos.

Hoy te contamos quién fue César Milstein, el útimo premio Nobel argentino, un apasionado de la aventura de la vida y de la ciencia. Su contribución más importante, el desarrollo de los anticuerpos monoclonales, constituyó un avance importantísimo para la ciencia básica y la medicina.


César Milstein, el último premio nobel argentino, nació en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, el 8 de octubre de 1927 y falleció en Cambridge, Inglaterra un día como hoy, el 24 de marzo de 2002. Una de sus frases más conocidas nos ayuda a pintar su retratoa la distancia y nos permite darle el color adecuado a su vida como científico: “el motor de la ciencia es la curiosidad”.

Cursó la escuela primaria y el colegio secundario en el Colegio Nacional en Bahía Blanca y a los 18 años se trasladó a Buenos Aires para estudiar la licenciatura en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Realizó su primer doctorado en la Facultad de Medicina sobre actividad enzimática y obtuvo un premio especial de la Sociedad Bioquímica Argentina. Al finalizar este período, ganó una beca otorgada por la Universidad de Cambridge. Allí consiguió su segundo doctorado en 1960, trabajando bajo la dirección del bioquímico molecular Frederick Sanger, ganador dos veces del premio Nobel. Su trabajó se desarrolló en una atmósfera científica muy estimulante y en un período en el que se llevaron a cabo los primeros grandes descubrimientos de la biología molecular.

Milstein volvió a Argentina en 1961 para hacerse cargo de la División de Biología Molecular del Instituto Nacional de Microbiología “Carlos G. Malbrán” pero sólo estuvo un año en el cargo y regresó a Inglaterra tras el golpe militar de 1962. Se reincorporó a la Universidad de Cambridge donde formó parte del Laboratorio de Biología Molecular dirigido por Sanger y su trabajo se centró en el estudio de las inmunoglobulinas,nombre con el que los científicos denominan a los anticuerpos. Estas son las proteínas encargadas de combatir la presencia de patógenos o cuerpos extraños en los animales vertebrados y eliminarlos. En ese momento, poco se conocía sobre los mecanismos mediante los cuales el organismo generaba la enorme variedad de anticuerpos específicos. Por otro lado, la única forma de obtener anticuerpos tanto para ser estudiados como para ser utilizados en el tratamiento de diferentes enfermedades era a partir de la sangre de animales que habían sido infectados con el patógeno previamente. Es en este punto donde se produce la contribución más importante realizada por Milstein, quien junto a Georges Köhler, desarrolló una novedosa técnica para producir anticuerpos con una única especificidad a partir de cultivos de células. ¿Cómo se logró este avance? A partir de la fusión de un glóbulo blanco que produce un anticuerpo específico y una célula cancerosa capaz de replicarse indefinidamente en el laboratorio. Los anticuerpos producidos mediante esta técnica son denominados monoclonales y se utilizan en la actualidad en el tratamiento exitoso de un número creciente de enfermedades entre las que se encuentran la psoriasis, la artritis reumatoidea, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, etc.

En 1983, fue nombrado jefe y director de la División de Química, Proteínas y Ácidos Nucleicos de la Universidad de Cambridge y por su trabajo en el desarrollo de los anticuerpos monoclonales, obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1984. A la luz de sus convicciones personales y aun sabiendo que lo hubiera hecho enormemente rico, Milstein no registró ninguna patente por el desarrollo de los anticuerpos monoclonales, ya que pensaba que era propiedad intelectual de la humanidad.

“Los científicos les llevamos ventajas a los exploradores, cuando creemos haber llegado a la meta anhelada, nos damos cuenta de que lo más interesante es que hemos planteado nuevos problemas para explorar”. En esta frase, Milstein nos revela el explorador que habitaba en su cabeza, que de forma definitiva quiere arrojarse a la aventura de la vida y el conocimiento.

Su sobrina nieta Ana Fraile, dirigió una película sobre su vida: Un fueguito, la historia de César Milstein, que puede verse en el canal de you tube de TECtv.

 

Fuente imagen: https://www.redalyc.org/jatsRepo/1809/180948645009/movil/index.html



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