Este 5 de febrero recordamos la creación del CONICET.
Surgido en 1958 sobre lo que fue el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas, su objetivo es el de promover la ciencia y la cultura científica para la mejora de la calidad de vida de todes les argentines.
Su primer presidente fue el premio Nobel Bernardo Houssay. Logró montar una red de centros de investigación en todo el país, con convenios entre provincias, universidades e instituciones privadas, donde les científiques pudieron dedicarse exclusivamente a sus investigaciones.
Hoy es la institución de investigación más importante de Argentina, con más de 10 mil investigadores, la segunda en latinoamérica y entre las 200 mejores en el mundo. Les argentines la conocemos por su rol en la generación de conocimiento y de tecnología, pero hay más.
Les investigadores de CONICET no sólo participan de los programas nuclear y aeroespacial, sino también aportando argumentos científicos en el desarrollo de leyes como la de protección de glaciares o en debates como el de la ley del aborto no punible.
También pueden estar a cargo de la presentación de informes a organismos internacionales, como el enviado a la ONU para la extensión de nuestra plataforma continental, o bien formar parte de comités internacionales, como el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).